lunes, 16 de abril de 2012

Menos hablar y más entrenar.

    ¿A quién no le ha tocado en un curso, ese compañero que todo lo sabe y que durante  cuatro horas no te deja entrenar lo que está enseñando tu  Sifu,  porque te está explicando cómo se hace realmente el Wing Tsun?. Para cuando te das cuenta, el curso ha terminado, te has gastado una pasta y vuelves para casa igual que has llegado, pero cabreado.



El único secreto del Karate-dô es practicar seriamente y con perseverancia, para alcanzar el estado de Mushin (no-ego) que permite a los portales del Hara alcanzar el conocimiento.
Shigeru Egami


    Esta es una gran verdad. El tiempo que dedicas a hablar de Wing Tsun, estás dejando de practicarlo. De nada sirve perder el tiempo tratando de entender un sistema que no sabes hacer, la única manera de aprender es hacerlo, y en el caso del Wing Tsun, hacerlo muchas veces.
    Tampoco quiero decir que lo correcto sea entrenar sin pensar y asumir como verdad absoluta todo lo que nuestro instructor nos diga. El wing tsun pide a sus practicantes algo más que trabajo físico.
     A veces ocurre que aprendes algo nuevo y parece que no tiene mucho sentido, sobre todo cuando tratas de entenderlo basándote en tus conocimientos anteriores. Llegado a este punto tienes dos opciones, quedarte con lo que conoces y que crees que tienes tan claro o entrenar para ver si existe algo más allá. Como dice Sifu Kernspecht; “la carretera no se acaba porque nuestro coche se haya quedado sin gasolina”. 
    Hace un par de días leí una frase muy buena que decía algo así: “El problema de las mentes cerradas, es que generalmente vienen acompañadas de bocas abiertas”, y como decía, mientras hables, poco vas a entrenar, así que es difícil que una mente cerrada sea capaz de evolucionar.
    Que en algún momento se utilizaran demostraciones científicas para explicar determinados aspectos del Wing Tsun , dio pie a que algunos lo elevaran a la categoría de ciencia. Pero se olvidan de que, al contrario que en estas, no se aprende delante de un libro o  en un laboratorio haciendo experimentos. El camino es mucho más sencillo, entrenar.
    Quizás llegue el día en el que seamos capaces de aportar alguna innovación que consiga hacer temblar los cimientos del Wing Tsun. Mientras tanto, aprovecha cada minuto de tus entrenamientos, y si en algún curso te toca ese compañero del que hablábamos al principio, no te cortes y pide un cambio de parejas.